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Reflexiones

Taoísmo

Taoísmo

Érase una vez un granjero chino al que, en cierta ocasión, se le escapó un caballo. Esa noche acudieron los vecinos a su casa y le dijeron: <<¡Qué mala suerte!>>, a lo que él respondió: <<¿Quién sabe lo que es bueno y lo que es malo?>>. Al día siguiente, el caballo regresó trayendo consigo siete caballos salvajes a los que se había unido. Esa noche volvieron nuevamente sus vecinos y le felicitaron, pero el replicó: <<¿Quién sabe lo que es bueno y lo que es malo?>>. Al dia siguiente su hijo estaba tratando de domesticar uno de los caballos salvajes cuando salió despedido de la grupa y se rompió una pierna. Los vecinos regresaron entonces y dijeron: <<¡Qué mala suerte!>>, a lo que el granjero contestó, una vez mas: <<¿Quién sabe lo que es bueno y lo que es malo?>>.  Al dia siguiente llegaron los ofiales de reclutamiento en busca de jóvenes para el ejercito y su hijo se salvo a causa de su lesión. Esa noche también llegaron los vecinos diciendo: <<¿Qué bien, verdad?>>, a lo que el granjero - como ustedes ya supondrán a estas alturas- dijo nuevamente: <<¿Quién sabe lo que es bueno y lo que es malo?>>.

El valor de compartir

"Sostengo que los individuos interrelacionándose y el carácter interactivo de la vida social son ligeramente más importantes, más verdaderos, que esos objetos que denominamos cultura. Según la teoría cultural, las personas hacen cosas en razón de su cultura; según la teoría de la sociabilidad, las personas hacen con, para y en relación con los demás, utilizando medios que podemos descrbir, si lo deseamos, como culturales."

Michael Carrithers

Hay que replantearse la vida

Hay que replantearse la vida

Un hombre de negocios norteamericano estaba en el embarcadero de un pueblecito costero de México cuando llegó una barca con un solo tripulante y varios ATUNES muy grandes.  

El norteamericano felicitó al mexicano por la calidad del pescado y le preguntó cuánto tiempo había tardado en pescarlo. 


El mexicano replicó: Oh! Sólo un ratito.  

Entonces el norteamericano le preguntó por qué no se había quedado más tiempo para coger más peces  

El mexicano dijo que ya tenía suficiente para las necesidades de su familia.  

El norteamericano volvió a preguntar: ¿Y qué hace usted entonces con el resto de su tiempo?  

- El mexicano contestó: - Duermo hasta tarde, pesco un poco, juego con mis hijos, duermo la siesta con mi mujer, voy cada tarde al pueblo a tomar unas copas y a tocar la guitarra con los amigos. Tengo una vida plena y ocupada, señor.  

- El norteamericano dijo con tono burlón: - Soy un graduado de Harvard y le podría echar una mano. Debería dedicar más tiempo a la pesca y con las ganancias comprarse una barca más grande. Con los beneficios que le reportaría una barca más grande, podría comprar varias barcas. Con el tiempo, podría hacerse con una flotilla de barcas de pesca. En vez de vender su captura a un intermediado, se la podría vender al mayorista; incluso podría llegar a tener su propia fábrica de conservas. Controlaría el producto, el proceso industrial y la comercialización. Tendría que irse de esta aldea y mudarse a Ciudad de México, luego a Los Ángeles y finalmente a Nueva York, donde dirigiría su propia empresa en expansión.  

- Pero señor, ¿cuánto tiempo tardaría todo eso?  

- De quince a veinte años.  

- Y luego ¿qué?  

- El norteamericano soltó una carcajada y dijo que eso era la mejor parte:  

- Cuando llegue el momento oportuno, puede vender la empresa en bolsa y hacerse muy rico. Ganaría millones.  

- ¿Millones, señor? Y luego ¿qué?  

- Luego se podría retirar. Irse a un pequeño pueblo costero donde podría dormir hasta tarde, pescar un poco, jugar con sus nietos, hacer la siesta con su mujer e irse de paseo al pueblo por las tardes a tomar unas copas y tocar la guitarra con sus amigos. 


- Bueno, pero eso es lo que hago ahora señor ¿Por qué tengo que esperar veinte años?

 

 

¡¡ MERECE LA PENA LEERLO CON ATENCIÓN PORQUE ME PARECE QUE HAY ALGO EN LO QUE NOS ESTAMOS EQUIVOCANDO !!

 

El valor de las cosas

El valor de las cosas

- Vengo, maestro, porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para hacer nada. Me dicen que no sirvo, que no hago nada bien, que soy torpe y bastante tonto. ¿Cómo puedo mejorar? ¿Qué puedo hacer para que me valoren más?"


El maestro, sin mirarle, le dijo:

- Cuanto lo siento muchacho, no puedo ayudarte, debo resolver primero mi propio problema. Quizás después - y haciendo una pausa agregó - Si quisieras ayudarme tú a mí, yo podría resolver este tema con más rapidez y después tal vez pueda ayudarte.


-E...encantado, maestro - titubeó el joven pero sintió que otra vez era desvalorizado y sus necesidades postergadas-.


- Bien - asintió el maestro. Se quitó un anillo que llevaba en el dedo pequeño de la mano izquierda y dándoselo al muchacho, agregó - Toma el caballo que está allí fuera y cabalga hasta el mercado. Debo vender este anillo porque tengo que pagar una deuda. Es necesario que obtengas por él la mayor suma posible, pero no aceptes menos de una moneda de oro. Vete ya y regresa con esa moneda lo más rápido que puedas.

El joven tomó el anillo y partió. Apenas llegó, empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes. Estos lo miraban con algún interés, hasta que el joven decía lo que pretendía por el anillo. Cuando el joven mencionaba la moneda de oro, algunos reían, otros le volvían la cara y sólo un viejecito fue tan amable como para tomarse la molestia de explicarle que una moneda de oro era muy valiosa para entregarla a cambio de un anillo. Con afán de ayudar, alguien le ofreció una moneda de plata y un cacharro de cobre, pero el joven tenía instrucciones de no aceptar menos de una moneda de oro, y rechazó la oferta. Después de ofrecer su joya a toda persona que se cruzaba en el mercado -más de cien personas- y abatido por su fracaso, monto su caballo y regresó. Cuánto hubiera deseado el joven conseguir esa moneda de oro. Podría entonces entregársela al maestro para liberarlo de su preocupación y recibir entonces su consejo y ayuda. Entró en la habitación.


- Maestro - dijo - lo siento, no es posible conseguir lo que me pediste. Quizás pudiera conseguir dos o tres monedas de plata, pero no creo que pueda engañar a nadie respecto del verdadero valor del anillo.


- Que importante es lo que acabas de decire, joven amigo - contestó sonriente el maestro -. Debemos saber primero el verdadero valor del anillo. Vuelve a montar y vete al joyero. ¿Quién mejor que él para saberlo? Dile que quisieras vender el anillo y pregúntale cuanto te da por él. Pero no importa lo que te ofrezca, no se lo vendas. Vuelve aquí con mi anillo.

El joven volvió a cabalgar. El joyero examinó el anillo a la luz del candil, lo miró con su lupa, lo pesó y luego le dijo:

- Dile al maestro, muchacho, que si lo quiere vender ya, no puedo darle más que 58 monedas de oro por su anillo.

 - ¡¿58 monedas?! - exclamó el joven.

- Sí - replicó el joyero - Yo sé que con tiempo podríamos obtener por él cerca de 70 monedas, pero no sé... si la venta es urgente...  .

El Joven corrió emocionado a casa del maestro a contarle lo sucedido.


- Siéntate - dijo el maestro después de escucharle-. Tú eres como este anillo: una joya, valiosa y única. Y como tal, sólo puede evaluarte verdaderamente un experto. ¿Qué haces por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor?


Y diciendo esto, volvió a ponerse el anillo en el dedo pequeño de su mano izquierda.

La conciencia global

La conciencia global

La era de la globalización está abriendo una nueva serie de caminos que ni filósofos ni sociólogos habían podido imaginar hace un siglo. Tanto la filósofía como la ética han quedado obsoletas y de no establecerse un conjunto nuevo de paradigmas vamos a quedar en manos de los que surjan espontáneamente, que por otro lado no tendrían por qué estar mal, pero me da a mí que van a estar basados en el dinero y el consumo y va a aumentar el desequilibrio social. 

Un artículo como éste, que solo en su introducción ha tocado varios de los problemas actuales con mas controversia podría ocupar cientos de páginas, digo, Megas. Por eso no es mi intención ninguna, solo escribir un rato, que me apetecía.

Ya me imagino a más de uno de mis conocidos pensando "ya está el tio éste con las mismas rayadas de siempre". Pero es que cuando uno tiene 15 años y es un rebelde por naturaleza (no de los de ahora que son rebeldes dependiendo de si tienen el pelo rojo o tres pendientes) sino de los que piensan en las injusticias del mundo y son lo suficientemente inocentes como para soñar, dedica muchos esfuerzos a todas estas causas perdidas que como yo digo: "son una enfermedad que se cura con el tiempo"; ¡Bendita enfermendad!. Porque lejos de resolverlas con la madurez, lo que uno hace es obviarlas y dejarlas a un lado; pueden llegar a ser demasiado molestas.

Esta nueva era no solo está basada en el bienestar social local, como podía ocurrir hace unos años, sino que además exige, al estar la cosa globalizada, que el bienestar de unos no perjudique al de otros, y aquí está lo jodido. ¿Cómo podemos seguir creciendo a un ritmo cada vez más rápido con un no se cuantos por ciento de inflación sin que abusemos de los que menos tienen? Me viene a la cabeza que el concepto de riqueza es relativo. Uno no es rico o pobre si no que es rico o pobre con respecto a los demás. ¿Cómo podemos tener cada vez un nivel de vida mas alto, con mas riqueza sin que otros se emprobezcan? La respuesta antes era fácil, mano de obra barata (inmigrantes), se ponen las fábricas en paises pobres para que contaminen allí y además usando sus materias primas a precios de risa. 

Ahora la cosa no está tan clara, porque la conciencia global no permite estos excesos, al menos si las conciencias están despiertas. Preguntas que me surgen siempre ¿Sirve de algo lo que hago? Si por ejemplo tengo mis bolsas de reciclaje en casa y las llevo a rajatabla pero siguen cortando el Amazonas, ¿sirve de algo hacerlo? por supuesto que si pero, ¿es suficiente? Si por ejemplo acojo a un niño sudanes pero la política de mi pais apoya las dictaduras en Sudán para poder conseguir petróleo mas barato, de puta madre por ayudar a un chaval pero, ¿es suficiente? O es todo una mentira y la cosa sigue avanzando como por inercia hacia "lo que tenga que ser".

Es en este punto donde me bloqueo, y supongo que casi todo el mundo. Surgen demasiadas incertidumbres; Aunque ya tenemos todo el siglo XX como laboratorio de pruebas de modelos socieconómicos la cosa sigue sin estar clara. Parece como un problema sin solución. La respuesta sigo sin saberlo, solo espero que el tiempo no me haga olvidar la pregunta.

De la felicidad y la pobreza

De la felicidad y la pobreza

El PIB no tiene en cuenta la salud de nuestros niños, la calidad de su educación o el gozo que experimentan cuando juegan. No incluye la belleza de nuestra poesía ni la fuerza de nuestros matrimonios, la inteligencia del debate público o la integridad de nuestros funcionarios. No mide nuestro coraje, ni nuestra sabiduría, ni la devoción a nuestro país. Lo mide todo, en suma, salvo lo que hace que la vida merezca la pena...

Robert Kennedy en 1968

 

Hablemos de la clase media, que para eso es o debería ser la más abundante en nuestra sociedad. Veo la televisión y me encuentro que la gente dice estar sufriendo la crisis muy duramente, que ha bajado la calidad de vida, el acceso a lo bienes de consumo etc etc; y tienen razón. Pero también es cierto que la clase media de hoy disfruta de muchos más bienes tanto de primera necesidad como de no tan primera necesidad que la que decía sentirse en buena situación hace 20 años. Por ejemplo, hace 20 años no mucha gente tenía aparato de aire acondicionado en su casa y hoy en dia si alguien, por ejemplo de Sevilla, donde hace mucho calor, no lo tiene es un escándalo. Es también curioso que en lo lugares de mayor pobreza, por poner un ejemplo, el típico barrio marginal, es donde te encuentras las pantallas planas de 30 pulgadas, lo móviles de ultima generación y los mejores coches a pesar de que se quejan de no llegar a fin de mes y que están al borde de la desesperación.

Mi conclusión es que la felicidad también se educa. Es igual de pobre el que gana 10000 euros al mes y necesita 15000 que el que gana 800 y necesita 1300. Este tipo de gente que siempre necesita más y más habrán de entender que por más que tengan nunca conseguiran ser felices porque la felicidad no es una cuestión de cantidad sino de calidad.

P.D. Lo dice un mil eurista que aún pagando un alquiler de 450 euros es capaz de ahorrar cada mes.

El León

El León

En una ocasión, un león se aproximó hasta un lago de aguas espejadas para calmar su sed y, al acercarse al agua, vio su rostro reflejado en ella y penso: "¡Vaya!, este lago debe ser de este león. Tengo que tener mucho cuidado con él". Atemorizado se retiró pero, tenía tanta sed que regresó. Allí estaba otra vez el "león".¿Qué podía hacer? La sed lo devoraba y no había otro lago cercano. Restrocedió. Minutos después volvió a intentarlo y, al ver al "león", abrió las fauces amenazadoramente, pero al comprobar que el otro "león" hacía lo mismo, sintió terror. Salió corriendo, pero ¡era tanta la sed! Lo intentó varias veces después pero siempre huía espantado. Pero como la sed era cada vez más intensa, tomó firmemente la decisión de beber agua del lago sucediera lo que sucediese. Así lo hizo. Y al meter la cabeza en el agua, ¡el "león desapareció!.

El maestro dice: Muchos de nuestros temores son imaginarios. Solo cuando los enfrentamos desaparecen. No dejes que tu imaginación descontrolada usurpe el lugar de la realidad ni te pierdas en las creaciones y reflejos de tu propia mente.

Series lógicas

Series lógicas

El otro dia me propusieron el siguiente problema:

1,2,6,42,1806,¿?

El caso es que era una cadena de emails donde la gente adjuntaba su respuesta. Todos habían encontrado la misma, la que podríamos llamar respuesta lógica. Pero a decir verdad la repuesta al problema no es única. NI siquiera existen dos sino infinitas. En realidad cualquier número podría ser el siguiente ya que siempre podríamos encontrar una lógica que lo justificase. Planteándolo de esta manera se me ha ocurrido el siguiente problema: A ver quién es capaz de decirme la lógica de la siguiente serie:

1,2,6,42,1806,3270666.

Espero vuestras respuestas.

La suma y la resta

La suma y la resta

En nuestro mundo, en el que hay cada vez vez más rostros cada vez más parecidos, es difícil para una persona confirmar la originalidad de su yo y convencerse a sí misma de su irrepetible unicidad. Hay dos métodos para cultivar la unicidad del yo: el de la suma y el de la resta. Uno puede restarle a su yo todo lo que es externo y prestado, para aproximarse así a su pura esencia (el riesgo consiste en que después de cada resta acecha el cero). El otro método, el de la suma, es precisamente el contrario: para que su yo sea más visible, más aprehensible, más voluminoso uno le añade cada vez más y más atributos y procura identificarse con ellos (con el riesgo de que bajo los atributos sumados se pierda la esencia del yo).

El método de la suma es bastante simpático si la persona le añade a su yo el gusto por la comida japonesa. Sin embargo la cosa se vuelve menos idílica si la persona decide añadirle a su yo el amor al fascismo, comunismo o a Mussolini. El método sigue siendo en ambos caso idéntico: el que defiende tercamente las ventajas de la comida japonesa hace esencialmente lo mismo que el que afirma que Mussolini es el salvador de Italia: se jacta de un atributo de su yo y procura que ese atributo (la comida japonesa o Mussolini) sea acptado y amado por todos lo que le rodean.

Esta es la curiosa paradoja que afecta a todos los que cultivan el yo por el método de la suma: procuran sumar para constituir un yo único e inimitable pero, como se convierten inmediatamente en propagadores de los atributos añadidos, hacen todo lo posible para que se les parezca el mayor número de personas posible; de este modo sucede que su unicidad (tan trabajosamente lograda) comienza rápidamente a desaparecer.

Podemos preguntarnos ahora: ¿Por qué el que ama la comida japonesa o a Mussolini no se conforma con su amor y quiere obligar a los demás a hacer lo mismo? Cuando uno hace de su amor por la comida japonesa parte de su yo se está diferenciando de los que no la aman pero a la vez se está pareciendo más aún a los que sí. Por ello para covertirlo en atributo del yo necesitará exaltar su amor por la comida japonesa de forma que nadie la ame más que esa persona. De este modo nacen los radicalismos. 

No sé al lector pero a mi me da que el método de la resta se parece a lo que podemos considerar como filosofía oriental mientras que el método de la suma se asemeja más al camino que hemos decidido tomar en occidente. De ese modo encontramos dos tipos de personas en occidente: los que suman atributos a su yo de los considerados simpáticos como la forma de vestir o el gusto por cierto estilo de música y por otro lado los que suman atributos de tipo político o social. Como dedujimos antes, el método de la suma conlleva el radicalismo. De este modo mientras que los primeros intentarán convencernos de que su música es mejor o de lo contrario nos discriminarán socialmente (esto es, las modas etc etc) los segundos componen todo ese nutrido grupo de convecidos de un partido político o una ideología que son capaces de defenderlo sin más miramientos.

Como la premisa inicial es necesaria: todos necesitamos identificarnos con nosotros mismo para diferenciarnos del resto, la cuestión es: ¿Cómo decidirás hacerlo: mediante el método de la suma o el de la resta?. 

La unión armónica de la uniformidad y la libertad

¿Puede desear algo mejor la humanidad? ..... que pesimista y a la vez que realista. No hay nada mejor para la humanidad que ser uniforme ¡pero atención! de manera libre. Hemos pasado de buscar la uniformidad a través de la imposición (comunismo (ruso), nazis etc etc etc) a buscarla a través de la manera más inocua: a través de la sugestión. Y digo sugestión porque nos viene sugerida por los medios de comunicación. Estos medios nos han hecho bajar la guardia y olvidar aquello que nos hace ser humanos: el preguntarnos el por qué de las cosas. Lo han hecho bajo un pretesto de aburrimiento de forma que cualquier persona que se le ocurra sugerir una conversación más allá de los temas de actualidad (moda, famoseo etc etc) será tachado de aburrido, cantamañanas y cosas aún peores. Para el modelo social creado únicamente somos consumidores, y cada vez tenemos que consumir aún más. Me sorprende que cada vez escucho más que la gente sale a comprar para relajarse o cuando ha tenido un mal dia. Cada anuncio televisivo nos dice que tenemos la piel mal, que se nos va a caer el pelo, que nuestra ropa está anticuada y la solución para todo ello no es pegarle una patada a la televisión que es la que nos está menospreciando sino salir a comprar cosas nuevas para ser aceptados por el resto. Y claro, estamos tan ocupados en estar acordes con todo esto que se nos olvida desarrollar nuestra humanidad.

Yo por mi parte no quiero participar.

 

Zazen

Zazen

Maestro: La gente busca Zen en los libros pero Zen es Zazen, una práctica universal, pero una práctica, una transmisión de maestro a discípulo: de corazón a corazón. Za significa en japonés sentarse y Zen fundirse con el cosmos entero. La gran puerta.

            Zazen no es una religión, no es una gimnasia, ni siquiera una meditación .Zazen es despertar, volverse íntimo consigo mismo; dejar pasar los pensamientos; concentrarse en la exalación; llevar el aire al ombligo. La conexión con el alma no es la cabeza, no es el corazon, es el ombligo.

Una situación tensa

Como ya habreis notado, mis fervientes lectores (se huele el tufillo a ironía), hace tiempo que no escribo. Creo que el que se jodiese mi blog ha tenido algo que ver, aunque no hay excusa que valga. Como cuesta esto de volver a romper el hielo lo haré como cuando lo hice al empezar el blog: con una historia Zen. Tengo que confesar que la primera vez que la lei no me sugirió mucho porque es de estas historias que has de leerla en el momento oportuno. Ahí os la dejo para que la releais tantas veces como haga falta:

 

Un día, mientras caminaba a través de la selva, un hombre se topó con un feroz tigre. Corrió, pero pronto llegó al borde de un acantilado. Desesperado por salvarse bajó por una parra y quedó colgando sobre el fatal precipicio. Mientras estaba ahí colgado dos ratones aparecieron por un agujero en el acantilado y empezaron a roer la parra. De pronto, vio un racimo de frutillas en la parra, las arrancó y se las llevó a la boca. ¡Estaban increíblemente deliciosas!

El maestro campana

Un nuevo estudiante se aproximó al maestro Zen y le preguntó como podía prepararse para su aprendizaje. "Piensa que soy una campana", explicó el maestro. "Dame un golpe suave y tendrás un pequeño sonido. Golpéame duro y recibirás un repique fuerte y resonante".

El tiempo

El tiempo

"¿Qué es, pues, el tiempo? Sé bien lo que es, si no se me pregunta. Pero cuando quiero explicárselo al que me lo pregunta, no lo sé. Pero me atrevo a decir que sé con certeza que si nada pasara no habría tiempo pasado. Y si nada existiera, no habría tiempo presente".

 

San Agustín, Confesiones (Libro XI, capítulo XIV)

El cine y la vida

La ilusión de la vida es la opuesta a la ilusión del cine. En el cine una serie

de imágenes individuales son pasadas juntas para formar una ilusión de

movimiento continuo. En la vida, cortamos un movimiento continuo,

aislando y congelando una imagen, y entonces la nombramos y etiquetamos

como si fuera una acción u objeto independiente. No siempre etiquetamos

el momento en el acto. ¿Qué es una mujer joven? Si un hombre tiene

noventa años, muchas mujeres serán mujeres jóvenes.

Destino

Seguimos con las reflexiones :

 

Durante una batalla, un general japonés decidió atacar aún cuando su ejército era muy inferior en número. Confiaba en que ganaría, pero sus hombres estaban llenos de duda. Camino a la batalla, se detuvieron en una capilla. Después de rezar con sus hombres, el general sacó una moneda y dijo, "Ahora tiraré esta moneda. Si es cara, ganaremos. Si es cruz, perderemos. El destino se revelará".

Tiró la moneda en el aire y todos miraron atentos como aterrizaba. Era cara. Los soldados estaban tan contentos y confiados que atacaron vigorosamente al enemigo y consiguieron la victoria. Después de la batalla, un teniente le dijo al general, "Nadie puede cambiar el destino".

"Es verdad", contestó el general mientras mostraba la moneda al teniente, que tenía cara en ambos lados.

La percepción de las cosas

Para romper el hielo, como creo que me corresponde, comenzaré este Blog con una idea fundamental expresada a través de una pequeña historía que me contó un hombre sabio.

Me dijo: "Una vez me encontraba en un país
desconocido para mí, caminando por una calle extraña. Miré a mi alrededor
intentando orientarme; vi dos hombres que estaban de pie cerca de mí.
Me acerqué a ellos, y les pregunté: '¿Dónde estoy?' '¿Quiénes sois?'.
El primer hombre me respondió: 'Este es el mundo del Samsara, ¡y en este
mundo da la casualidad de que soy el enano más alto!' Y el otro contestó,
'Sí, ¡y yo por casualidad soy el gigante más pequeño!'.
Este encuentro me dejó muy confundido, porque ambos hombres medían
exactamente lo mismo."