Levedad armónica
La cuchilla de afeitar en una mano y en la otra la botella de whiski.
Sabía que si seguía bebiendo aquello iba a ser demasiado fácil,
"¿y que? nadie iba a verlo" A cada pensamiento, la casa, el cuarto de
baño, la bañera, todo se iba haciendo más pequeño. Esto ya había
ocurrido otra veces pero aquel dia el cordón que le unía a este lado
de la existencia era más fino. A cada pregunta siempre su opuesta
"¿y por que no? el no poder decir nada le hundía cada vez más; y de
repente en la casa del vecino empezó a sonar el número 3 de Sergei.
Sus pretensiones se habían ido al carajo. Sabía que ya no podría hacerlo.
Parecía que la providencia jugaba en su contra. Le vino un recuerdo a la
cabeza; una frase escrita en un cartel en un lugar que no recordaba pero
que le sonaba extrañamente familiar:
"Una canción puede salvarte la vida"
1 comentario
Turmana -
Yo lo digo tantas veces: "una canción tuya bastará para sanarme..."
Besotes.